lunes, 6 de julio de 2020

EL GUARDAESPALDAS 💙 CAPITULO 1

Capítulo 1

Abrí mis ojos, y sentí un sudor frío recorrer todo mi cuerpo, mi corazón estaba fuertemente acelerado, traté de llevar mi mano hasta mi pecho pero mi cuerpo no reaccionaba, no podía moverme, algo me impedía hacerlo. Mire a mi alrededor y solo pude ver paredes blancas, el techo era igual de blanco, aunque había una luz muy brillante que lastimaba mis ojos, volví a cerrarlos para esperar que se acostumbrara, traté de mover mis piernas, pero también estaban siendo sujetadas, traté de gritar pero mi lengua se sentía pesada y no lograba articular ni una palabra. Empecé a sentir escalofríos por todo el cuerpo, hacía mucho frío en la habitación, traté de escuchar algo que me indicara si alguien estaba cerca pero no se lograba escuchar nada.

Sentí un miedo atroz, ¿que me pasaba?. Busque en mi cabeza pero no podía recordar porque estaba así, me sentí un poco aturdido, lo único que podía hacer en esas condiciones era esperar a que mi cuerpo reaccionara de nuevo.

Escuche el chirrido de una puerta abrirse, y luego unos pasos sobre las baldosas, que se dirigían a a donde yo estaba, mi corazón se aceleró aún más, los nervios atacaron y no sabía qué pensar, mis bellos se pusieron en punta cuando no escuché más los pasos y sentí una mano posicionarse en mi pie, mi respiración se aceleró por el miedo a lo que me iba a pasar, y el sudor en mi cuerpo aumentó.

La mano empezó a moverse y se deslizaba arriba por mi pierna al tiempo que los pasos se acercaban. Un temblor me recorrió cuando un rostro se acercó al mío y me di cuenta de quién era la mano que me estaba tocando.

Los recuerdos llegaron a mí como una avalancha, los días de insomnio, de ansiedad, de miedo, todo volvió a mi, en segundos mis ojos estaban llenos de lágrimas y los sollozos salían involuntariamente de mis labios, esta persona era Gideon, un chico de la universidad que me había estado acosando y amenazando durante casi un año.

Estudiamos juntos en la facultad de humanidades en programas diferentes, mientras yo soy de leyes, él es de antropología. Habíamos cursado una clase juntos al principio de la carrera, y el chico no me había parecido mal estudiante, aunque sí muy misterioso y raro, una mala espina. Evitaba el contacto con él, y me excusaba siempre que quería hablar conmigo, pero este era demasiado insistente.

-Adrián mi querido Adrián. Al fin estamos juntos.

-Déjame ir.

-Al fin estamos juntos. Nadie podrá separarnos de nuevo Adrián, -levantó la mano para tocar mi cabello pero la hice a un lado a tiempo para rechazar su toque, me daba asco que me tocará, mis lágrimas seguían corriendo y los sollozos eran cada vez más fuertes, traté de luchar contra lo que me tenía amarrado a la cama pero me estaba haciendo daño, sentía que me cortaba cada vez más con la fricción de la cuerda con la piel. No podía detenerme tenía que salir de aquí, Dios.

-Eres mío Adrián, todo tú, me pertenece, no te dejaré escapar.

Mi pesadilla apenas empieza.


2 años después

-Adrián tu guardaespaldas está por llegar, baja para que lo conozcas, -comentó mamá desde la puerta de la habitación antes de marcharse, y cerrar la puerta a su espalda, me encontraba sentado en el sillón frente a la ventana observando la lluvia caer, parecía que llovería durante todo el día, a pesar de que apenas eran las 10:00 a.m. el cielo estaba tan oscuro y una fría brisa que se paseaba entre los árboles alrededor de la mansión estremecía sus hojas, me quedé viendo fijamente un auto entrar por la verja que estaba en la entrada, mi habitación tenía vistas del frente de la casa desde esta ventana, supongo que sería el nuevo cuidador.

No sentía ánimos de levantarme de mi lugar, me sentía realmente cómodo aquí, no había podido dormir durante la noche, aunque si es verdad que no he dormido tranquilamente durante mucho tiempo. Las pesadillas siempre me acompañan, no tengo que soñar para recordar los horrores que viví; con cerrar los ojos, me sentía indefenso y lleno de tanto asco hacia mi mismo.

Detuve mis pensamientos cuando el timbre de la casa sonó, debía bajar ahora o sino vendrían a buscarme.

Me  detuve en las escaleras un momento para escuchar lo que decía mi padre, -No lo mires a los ojos, No le hables si él no lo hace primero. Acompañalo a donde quiera ir, no lo puedes dejar nunca solo. Tiene prohibido salir de la propiedad sin acompañante. No uses perfume, es muy sensible; dormirás en la habitación continúa a la de él. Y hagas lo que hagas no lo toques. Bien eso es todo. Aquí tienes su horario, debe ser seguido al pie de la letra. Cualquier error y te irás.

Cuando termino de decir todo eso, puse mis ojos en blanco, por lo absurdo que sonaba, parece que tendría que cuidar a un bebé y no a un joven de 22 años.

Termine de bajar las escaleras y me acerque a las 4 personas que estaban en la sala esperándome, sin mirar fijamente a nadie, una costumbre que había adquirido hace 2 años después del suceso, cuando miraba los rostro de las personas que no conocía me sentía nervioso y mi cuerpo tenía una reacción de pánico automáticamente, aunque ya no sucedía con mucha frecuencia, pero aún es difícil de controlar. Las personas extrañas me hacen sentir incómodos, como si me fueran hacer daño, por eso dejé de salir, y me quedo encerrado en casa todo el tiempo. Deje de asistir a la universidad y estudio en casa, igual no necesito hacerlo, mi familia es considerada una de las más ricas de todo el país, la empresa de papá está valorada en millones y tiene muchas  propiedades, se podría considerar que no necesito trabajar. Salí de mis pensamientos cuando escuché.

-Aquí estás hijo, te presento a tu nuevo guardaespaldas, su nombre es Marc Intouch, señor Intouch este es mi hijo Adrián y a quien debe cuidar.

-Mucho gusto señor, es un placer trabajar para usted, -no levante mi mirada pero distingui una inclinación, esta persona era de piel morena, vestido con traje de chaqueta color negro, como todos los demás y de su físico no pude ver nada, le dediqué una mirada durante un segundo hasta la corbata e inmediatamente volví a mirar al piso, tiene un aura de tranquilidad a su alrededor que me transmitía confianza, y esta era la primera vez que sucedía luego de tantos años.

Me quedé en silencio, porque sentí que algo iba a pasar, empecé sintiendo como mi corazón se acelerará, luego mis manos temblaban, mi respiración empezó a aumentar descontroladamente, que mal, tendría un ataque de nuevo, solo eran segundos y yo pensaba que era un buen día, cuando la  respiración dejó de entrar a mis pulmones sentí que la oscuridad me consumía, mis piernas fallaron, mi mundo se detuvo y caí, esperé sentir el golpe que me daría cuando cayera al piso, sin embargo, eso no sucedió porque sentí que alguien me sostenía antes de perder completamente la consciencia.

Abrí mis ojos lentamente, y vi el techo de mi habitación, me quedé muy quieto tratando de escuchar lo que había a mi alrededor y me di cuenta que estaba solo, solo podía escuchar la lluvia que golpeaba mi ventana,  así era mejor, no sabía porque había reaccionado de esa manera si ya desde hace varios meses no me pasaba.

Me quedé acostado pensando en porque pasó, yo realmente no lo entiendo, desde que sucedió el accidente había tenido depresión postraumático, o eso dijeron los psiquiatras; estuve secuestrado por un mes, cuando me encontraron estaba al borde de la muerte, así que estuve en coma durante tres meses en donde me recuperé físicamente, sin embargo, psíquicamente aún no estoy recuperado, cuando salí del hospital intente acabar con mi vida más veces de las que puedo recordar, así que estuve en un hospital psiquiátrico durante seis meses, supongo que estoy recuperado, salí de allí y me trajeron a vivir aquí, a otro encierro.

No estoy nunca solo, hay cámaras en mi habitación y baño, siempre estoy siendo observado.

Papá es muy paranoico, la persona que me hizo de esta manera aún no está pagando por eso, cuando me encontraron huyó. A mi ya dejo de importarme si viene por mi otra vez, es más, que venga. Así podré morir por fin.

No duermo, no como, no salgo, no tengo amigos, no tengo paz nunca.

¿Porque estoy vivo?

Volví a cerrar lo ojos, me sentía muy cansado, pero no podía, él me atrapaba y me encerraba cuando cerraba los ojos, sentía de nuevo sus ojos viéndome, sus manos tocarme, el dolor que me causaba.

Me levanté con el corazón acelerado, los ojos empapados en lágrimas, un nudo en la garganta y sintiendo asco por mi mismo. En todos los lugares que me tocó, tengo que limpiar todo. Corrí al baño y me metí con todo y roba bajo la lluvia artificial de la regadera, el agua caliente sobre mí, me hacía sentir un poco menos acelerado, quite mi ropa, y vi las cicatrices que tenía por todos lados, tome la espuma para limpiar todo, restregaba mi cuerpo tan fuerte que hacía que mi piel enrojecer y no me bastó hasta que mi piel ardía en cada centímetro de mi cuerpo las lágrimas caían y mis piernas debilitadas por el esfuerzo flaquearon y me dejaron de sostener, caí en las baldosas y dejé que el agua corriera y se llevara mis lamentos y mis penas.

Quería dejar de sentirme de esta forma, pero no podía.

No sé cuánto tiempo estuve así pero sentí que tocaban la puerta del baño, no tenía fuerzas para levantarme, tampoco tenía muchas ganas de hacerlo, de pronto la puerta del baño fue abierta y entró alguien con vestimenta negra, mi corazón se aceleró y mi cuerpo empezó a temblar, grité fuertemente con lo poco de energía que tenía -¡VETE!, -No sentí ningún sonido, por lo que asimile que había salido, cerré los ojos y me quedé ahí un segundo más hasta que alguien me tomó entre sus brazos y me sostuvo.

No tenía fuerzas para gritar pero lo intenté, y no salió nada, luché para que me bajara, pero no me soltaba, sentía tantas emociones a la vez, mi cuerpo estaba temblando, sentía tanto frío luego de salir del agua caliente, y no me atreví abrir los ojos, mi cuerpo rechazaba el toque de la otra persona.

Me sentía indefenso, la personas que me cargaba me sujetaba como un muñeco muy delicado, como si me fuera a romper, mis ojos seguían derramando  lágrimas a montones, y los sollozos empezaron a salir, un nudo se sujetó en mi garganta y la sensación de asco estaba volviendo, alguien me está tocando. No sabía cómo lidiar con eso, esta persona me llevó hasta mi cama y se soltó despacio en ella, abrí mis ojos y me encontré con una piel morena, era el nuevo.

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